Una de reinos malditos...

Holaaa!! después de una pequeña ausencia ocasionada por los exámenes vuelvo a la carga con mi reseña de los cuentos de Bereth II y no sé cómo empezar tal vez comentando que lo mejor de seguir a autores jóvenes desde el principio es ver cómo evoluciona para mejor en cada libro. Y eso es lo que me pasa a mi con Javier Ruescas si su primer libro me pareció una historia encantadora y original digna de tener en cuenta este es un libro mucho más maduro y emocionante, que te lleva cómo la buena literatura de fantasía de sobresalto a sobresalto hasta el final a parte de estar muy bien escrita. 

Al principio de la Maldición de las musas nos encontramos a Duna y Adharel desesperados en su busca de Maese Kastar -el único que puede liberar al príncipe de la maldición- y una serie de acontecimientos inoportunos los aleja de su propósito inicial ¿O tal vez no? además aparecen nuevos e inquietantes personajes cómo las asesinas del Humo y Wilhelm. Hay partes mejor que otras y quisiera comentar que hay una que me dejo completamente embobada pues esta imbuida completamente en esa especie de magia de los buenos cuentos que tan importantes son en esta trilogía  (quizás los que hayan leído el libro se imaginen cuál) : La historia de las musas, es completamente genial además Ruescas se las apaña para fraccionarla de una forma muy hábil.

Ahora me toca hablar de los personajes, Adharel que en el primer libro no me convenció demasiado arrasa completamente en este mostrando que es algo más que un príncipe encantador, mientras que mi querido Sírgeric se apaga un poco (esperemos que resurja en el tercero) Duna sigue tan rebelde cómo siempre y no he apreciado una gran evolución en ella, salvo que es un poquitin más dulce, pero el personaje que ha cautivado mi corazón, por motivos que no revelare, es el flautista. Lo único que no me ha gustado es que hay algunas escenas y momentos que me liaron bastante, cómo el repentino cambio de personalidad de la reina Ariadne. En definitiva los que leísteis el primero ya estáis tardando en leer esta maravilla y los que aún no os habéis acercado a Bereth no os lo penséis más y no temaid a los dragones.